Ese nudo en el estómago que se te hace, esa impotencia, esas ganas de gritar... y de repente, ¡bam! esa escurridiza primera lágrima, que recorre el rostro de quien la ha expulsado en una milésima de segundo, y tras esa lágrimas millones de ellas, ojos rojos e hinchados, cara roja, una tristeza inmensa, unas ganas de esconderte y de romper con todo, con absolutamente todo, no dejar nada como está, ese calor que te entra, y ese nudo en el estómago que va desapareciendo poco a poco mientras caen esas gotitas de agua llamadas lágrimas y se deslizan por las mejillas de cualquiera, hoy, digo, que las lágrimas no son siempre un recuerdo de lo malo que hay en ti vida, a veces, las lágrimas son de alegría de ver que tienes tanto bueno que no te lo crees.
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miércoles, 11 de abril de 2012
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